29.9.05

39._ Buenos y malos

Pero Jesús da un nuevo sentido, mucho más amplio y profundo, al mensaje apocalíptico.
Según éste, el mundo estaba claramente dividido en buenos y malos; los buenos eran los "hijos de Abraham", los judíos observantes de la Ley, los fieles a Yahvé; y los malos eran las naciones gentiles opresoras, los idólatras, los no observantes de la Ley, los pecadores. Los buenos serían premiados y ocuparían los lugares de honor en el Reino, en tanto que los malos serían arrojados fuera.
Sin embargo, para Jesús no había una división tan tajante: él se mezclaba con los pecadores, hablaba de justificar a gente "impura" o "hereje", tales como publicanos, prostitutas, samaritanos, etc, y en cambio despotricaba a menudo contra los reputados como buenos: los fariseos, los sacerdotes y los escribas, etc. En el concepto de Jesús, nadie era realmente bueno -sólo Dios-, y nadie tampoco enteramente malo. Él desenmascaraba a los que se creían buenos, y acogía a los humildes pecadores arrepentidos. En el Reino que él predicaba se daban vuelta las tornas: "muchos primeros serán últimos, y muchos últimos, primeros".

A nosotros, que somos herederos de las enseñanzas de Jesús, nos queda claro que el Reino de Dios viene para salvar a todos los seres humanos. Todos somos buenos y malos a la vez. La división en buenos y malos no separa a la gente en dos grupos, sino que la línea divisoria pasa por el interior de cada uno. Nuestro lado malo será castigado, destruido; y nuestro lado bueno será premiado, acogido. El Reino de Dios ofrece una transformación a todas las personas para quitarles la maldad y desarrollar su bondad. Pide sólo aceptación, fe, confianza. Otorga perdón y misericordia a todos.
No sólo unos pocos escogidos -como los descendientes de Abraham- sino todos los seres humanos, presentes, pasados y futuros, son llamados a aceptar la salvación y a entrar en el Reino que viene. Porque todos somos pobres --incluso, y especialmente, los que se ufanan de sus pequeñísimas riquezas--, todos somos pecadores --incluso, y especialmente, los que se creen buenos--, todos sufrimos --incluso, y especialmente, los que se entregan al placer--, todos necesitamos de justicia --incluso, y especialmente, los que se reputan de justos--, todos necesitamos de misericordia --incluso, y especialmente, los que no tienen compasión.